jueves, 25 de noviembre de 2010

Mi historia personal

Mi historia personal 


Ya hace algunos años se produjo un evento extraordinario, !si nací yo!, ¡bueno!, no en las mejores circunstancias, pero al nací, año de 1983. Soy el cuarto hijo, que no esperaban, pero al fin a cabo, el más bello, o  si me considero. En la época que nací había gran necesidad en mi casa, por lo que hay que aclarar que en mi familia no se contaba con mayores recursos, pero con todo, mi madre intento de darme todo lo que estuviera a su alcance, con esfuerzos y sacrificios se dío por sus hijos, pero siempre hay dificultades y más aún como el caso de muchas familias, que se crece sin la figura paterna, ya bien sea por diferentes sucesos que ocurren dentro de la familia, pero en mi caso se presento por un hecho trágico, que sucedió un día del año 1988, cuando yo edad de cinco años de edad. Mi madre atendía un pequeño negocio dónde vivíamos, ella trabajaba servia licores y otros enseres, cuando en la noche mi padre a pareció de repente, como poseído por el mal, en la falta de conciencia de que produce una borrachera y con la alteración que hace en la persona, desenfundo el revolver que tenía, hizo tres doparos, pan, pan, pan, que retumbantes a afortunadamente pasaron por encime de mi madre, no dieron en su blanco. Al ver la situación en la que mi madre se encontraba, tres hombres que eran hermanos se levantaron de la mesas para defenderla, ellos también se encontraban armados, esto generó una gran situación de caos, donde los disparos iban y venían, nosotros, mis hermanos y yo, que nos encontrábamos allí asustadizos nos refugiamos, en el peligro inminente de ser alcanzados por alguno de esos feroces tiros; motiladores de ilusiones y sueños por empezar. Al cabo de unos 30 minutos, disminuyeron las detonaciones, hasta que se quedar en un sórdido ambiente silencio, luego aparecieron una gritos ¡lo mataron!, otro fue, ¡esta herido! El saldo que dejo esa noche oscura que trajo la mano del maligno, fue trágico para esa familia de hermanos que se encontraban allí, un había quedado muerto, otro mal muy mal herido en el pecho cerca del corazón, el último quedo herido en un brazo. Arrastrándose lo auxiliaron los vecinos hasta que llegaron los policías que se presentaron quince minutos después, para hacer el respectivo levantamiento y recogimiento de pruebas. Mientras mi padre había huido presurosamente, para no ser capturado, él no había le pasó nada, no fue alcanzado par ninguna bala y en la noche refugiándose se escabullo, mientras comenzaban a salir los vecinos para ver que desgracia había dejado atrás. Mi madre tuvo que afrontar todo el embate de ésta noche, aún no sé como lo pudo lograr, no desmoronarse, ni decaer, tal vez, fue el hecho de ver a sus hijos y imaginarse todo el provenir que todavía podía ofrecerles y que esta noche no le había sido arrebatado. 


 
Mi madre al fin al cabo, luego de ésta noche oscura y tenebroza, siguió en la lucha de sobre vivir y de continuar con una familia, que ahora dependía exclusivamente de ella. Continuar cada día, era como enfrentarse contra un gigante, sin saber qué otros peligros podían sobre venir, así se convirtió en una guerrera constante en las luchas, una leona que hacia todo por sus crías, yo seguí creciendo con ésta imagen en mi mente. Pero otra vez, una nueva situación que golpeaba nuestra familia, fue un hecho raro, ocurrió en una tarde, cuando yo tenía siete años, yo me encontraba jugando en la azotea de mi casa, en un tercer piso, mientras mi madre en esos momentos se encontraba trabajando de haciadora lejos de allí. En la fantasía que poseen los niños, colocándome detrás de una deja de eternil que se encontraba al filo de mi casa, que daba junto a la casa vecina, que medio era rancho y el otro pedazo era lote en piedra, cuando de repente la teja se fue contra mi, yo caí en vació, en mi mente paso mucho tiempo, de repente sen ti un golpe, en mi interior dije: que ya había acabado todo, que no me había pasado nada, de repente, quise abrir mis ojos para ver en qué estado me encontraba, pero ay si, si caí me estrelle contra el suelo y rastrándome quise salir de la casa, a fuera al verme que estaba sangrando me auxiliaron, me llevaron al hospital, de este accidente, vi realmente cerca la muerte, como el túnel blanco de luz que atraviesan los que dicen haber estado a punto de morir, valla que me había salvado de milagro, sentí como que si el de arriba me hubiera sostenido con su mano gloriosa.

De aquí en adelante comencé a pensar que era especial, que me quería allá arriba, comencé a esforzarme, a estudiar, a tener conciencia de mis actos. Pero otra vez los golpes que da la vida. Mi madre luego de casi un año de encontrase enferma, de padecer dolores en la espalda y en el estomago y de recibir tratamiento de quimioterapia, muere, esto sucedió cuando yo tenía quince años, pero gracias a la enseñanza que había recibido de mi madre de no rendirme, de que siempre las cosas pueden mejorar aún cuando no se crea que no se tiene salida, seguí luchando, trabajando y estudiando, valla que si se pone en practica que al que es pobre aprende hacer de todo y a comer de toda. Termine el bachillerato, mientras que trabajaba en empacador en un almacén, luego hice un curso de calzado, dónde termine por trabajar en empresa durante año y medio, luego de esto comencé a intentar de probar suerte montando un pequeño negocio de calzado con amigo, con quién estudien en el colegio, luego de vender alrededor de cien pares de zapatos, entre calzado colegial, tenis y botas, decidimos terminar negocio, por cuanto se había fiado mucha de la mercancía y se necesitaba recursos para los suministros que se necesitan a para fabricar el calzado.


Tiempo después comencé a realizar diferentes trabajos, pero siempre con el anhelo de seguir estudiando. Ya en ese tiempo a la par me encontraba dándoles clases a niños que asistían a una iglesia cristiana, esto me ayudo a decidir qué era lo que quería seguir estudiando, el sentimiento de querer trabajar con jóvenes y niños, junto al deseo de ayudar a las personas y el gusto por las matemáticas. Hizo inclinarme a interesarme por formarme como profesor en matemáticas. Es aquí, que a pesar de los rumbo que da la vida, los golpes que sobre viene y el poderlos afrontar, permite que encontremos el verdadero camino de nuestra vida. Solo con el esfuerzo de querer una buena vida y de dar el mejor uso de lo poco o mucho que cada quién ha contado. Verse a sí mismo a través de las huellas que hemos dejado en nuestro continuo andar, es no olvidar de dónde venimos y para donde vamos.

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